La historia comenzó allá por 1907 cuando un doctor belga, proveniente de Canadá, arribó al pueblo para establecerse como el primer Doctor de Bariloche. Don José Emanuel Vereertbrugghen -así se llamaba-, junto con su esposa y su pequeño hijo Benito, decidieron probar suerte en esta zona de tierras hermosas con muchas posibilidades de progreso. Hasta entonces, en Bariloche, si alguien enfermaba se lo trasladaba a Chile o se recurría a hierbas. Muy pronto la población comentó maravillas del nuevo vecino: la exactitud de sus diagnósticos y su aspecto hosco, contrastante con su trato dulce y sencillo.
En 1912 Don Ben, su hijo, siguió el legendario camino del ‘Paso de los Vuriloches’ en busca de tierras de pastoreo, y estableció su hogar sobre la ribera sur-oeste del Lago Mascardi, convirtiéndose en el primer poblador del Valle del Cº Tronador.
A medida que las vacas avanzaban valle arriba, se fue haciendo huella hasta llegar, cerca de 1920, al área de Pampa Linda donde se construyó un precario puesto. Su proximidad con el Cº Tronador hacían que Benito y su esposa, Clara Runge, recibieran continuas visitas de turistas. Su casa se fue transformando en hospedaje y lugar de paso obligado en el ascenso a la montaña.